Muchas veces no le damos la importancia que se merecen a los órganos de nuestro cuerpo.
Los forzamos y al final terminamos perjudicándonos a nosotros mismos. Uno de los órganos que más sufre por nuestros malos hábitos son nuestros riñones.
Están encargados de hacer una serie de procesos dentro de nuestro cuerpo, como: filtrar nuestra sangre, las malas toxinas que se acumulan en nuestro cuerpo, producir glóbulos rojos, regular nuestros niveles de fósforo y calcio, entre muchas otras importantes.
Pero cuando no le prestamos el suficiente cuidado a estos órganos, los mismos empiezan a fallar poco a poco y los signos de estos son completamente identificables:
Cambios en nuestra orina, sensación de cansacio o frío, fatiga, mareos, náuseas, dolor en varias partes de nuestro cuerpo.
¿Qué factores influyen en el mal funcionamiento de nuestros riñones?
- La falta de sueño
A lo largo de nuestra vida hemos escuchado que el ser humano debe descansar al menos unas 8 horas. Cuando esto se ve afectado, también se ven afectados nuestros riñones, pues es durante el sueño que se regenera el tejido de los mismos y somos más propensos a padecer enfermedades renales.
- Consumo excesivo de alcohol
Cuando consumimos cantidades de alcohol en exceso, causamos un daño irreversible a nuestros riñones: al beber nos deshidratamos y afectamos el funcionamiento de estos. Asimismo, el ácido úrico tranca las tubulares de nuestros riñones y hay mayor riesgo de una enfermedad renal.
- Consumo excesivo de sal
Al consumir grandes cantidades de alimentos altos en sal, estamos debilitando el funcionamiento normal de nuestros riñones, puesto que estos se ven en la necesidad de eliminar el exceso, y trabajan el doble. De igual manera hace que retengamos líquidos en nuestro cuerpo.
- Consumo excesivo de café
Cuando consumimos demasiado café, las piedras se suelen a acumular en nuestros riñones, y el trabajo de estos disminuye gradualmente. Además de que esto produce hipertensión.
- Consumo insuficiente de agua
Nuestros riñones, como ya hemos dicho, se encargan de eliminar las malas toxinas de nuestro cuerpo. Sin embargo, cuando no consumimos la suficiente agua, hacemos que estos se forcen al trabajar. Un consumo suficiente de agua favorece a su buen funcionamiento.